miércoles, 22 de mayo de 2013

La muerte de los pequeños diarios, por Jose Manuel Pérez

A mediados de la década pasada surgió en España un nuevo movimiento periodístico; el de los diarios independientes. Tras décadas de un sector dominado por las grandes cabeceras, pequeñas publicaciones pretendían abrirse paso gracias a inversiones de publicidad y a precios asequibles, muchos diarios incluso fueron puestos a la venta gratuitamente, como el 20 minutos, Metro o el ADN.


Pero la crisis a afectado especialmente al sector del periodismo, como bien sabemos. Cada vez más se hizo cuesta arriba el sacar nuevas publicaciones o incluso mantenerlas. Desde 2010 han cerrado numerosas de estas publicaciones de las que estamos hablando por la incapacidad de hacer frente a las deudas que generaban. 

Hablaré de dos casos conocidos. El primero, el del diario ADN. Creado por el grupo Planeta en el año 2006, pretendía financiarse a través de la publicidad tanto en sus páginas como en su web, y pronto alcanzó el éxito, llegando a ser el quinto periódico generalista más leído del estado. Dirigido por Albert Montagut, poco antes de su cierre incluso llegó a ampliar el número de páginas con que contaba.

El ERE que suponía el final de la publicación cogió a todos por sorpresa. Los 60 trabajadores con los que contaban las redacciones del periódico en Valencia, Madrid y Barcelona  fueron despedidos, y el periódico publicó su último número el 23 de Diciembre de 2011.


Quizá el caso más conocido sea el del diario Público. Creado por la compañía Mediapro, comandada por el magnate de la comunicación Jaume Roures, salía al público con un precio de 50 céntimos, estrategia que ya utilizaran otros diarios para darse a conocer como La Razón. Con una línea editorial claramente de izquierdas, Público tuvo un impacto importante en el sector. Dirigido por Ignacio Escolar pronto se convirtió en un icono de la ideología.


Pero la crisis publicitaria también fue decisiva de cara al futuro de la cabecera. Resultó imposible encontrar los inversores necesarios para que se salvaran los más de 20 millones de euros de deuda que el periódico debía, así que en febrero de 2012, tras presentar concurso de acreedores, Público cerraba.

A diferencia de ADN, Público, sí que mantiene su edición digital, en la que trabajan unas 20 personas de las 160 que antes estaban empleadas en la cabecera, y que ha ganado varios premios como medio digital.

Se puede decir que la crisis de los pequeños periódicos viene dada por la crisis publicitaria. Desde 2007, el sector ha perdido el 50% de los ingresos que provenían de anuncios y que eran la principal vía de financiación de que disponían. Ese año la inversión llegó a los 1890 millones de euros, mientras que en 2011 apenas llegó a los 1000 millones, cifra insuficiente para sostener a todos los medios que dependen de ello.










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